Una parte del agua dulce del planeta se encuentra en los ecosistemas montañosos. En la zona de los páramos andinos —zonas de montaña como la del Chimborazo, el volcán ecuatoriano— se observa el retroceso del hielo en los últimos años. El páramo, el ecosistema tropical de las montañas de Ecuador, cuenta con un delicado microclima que se ve afectado por la deforestación, la agricultura, la ganadería, la minería, el uso de fertilizantes y la pérdida de la fauna autóctona: todos estos factores influyen en la destrucción del ciclo del agua. Estas tierras, expuestas así a la erosión y la degradación, pierden la vegetación original que captura el agua. Los acuíferos se pierden y se destruyen estos ecosistemas. Episodio de Al natural, que se incluye en la serie Agua en tiempos de sed, de la Fundación Albatros Media.