El escritor y filólogo Antonio Prieto concede una entrevista al Instituto Cervantes en la que cuenta cómo fueron sus primeros años y sus primeras lecturas; cómo su trayectoria literaria se encauza definitivamente cuando decide cambiar los estudios de Medicina por los de Filología al recibir el Premio Planeta en 1955 por Tres pisadas de hombre. El ensayista recuerda además las tertulias a las que asistía en el antiguo Café Comercial, en Madrid, junto a Concha Lagos, Ignacio Aldecoa, José Hierro o Gerardo Diego.
Antonio Prieto hace un repaso de diversas obras suyas (novelas o ensayos), muchas de ellas premiadas; habla de la literatura en general y deja traslucir su pasión, por un lado, por la cultura grecolatina y, por otro, por el Renacimiento y el Siglo de Oro —tanto en Italia como en España—.
El autor reflexiona acerca del paso del tiempo («pérdida de lo que se consigue en la vida»), la muerte, el olvido, la memoria («el refugio que tiene el hombre»), el amor («una riqueza que se obtiene»), la palabra («su poder evocador es lo que lleva a vencer el ovido»), la novela, el relato breve, el artículo periodístico («cuando sale bueno es cuando hay que escribirlo»), el idioma español, la escritura («me ha dado la satisfacción de conocer a la humanidad») e incluso el deseo de perpetuidad.